viernes, enero 11, 2008

La fiesta aniversario del Telégrafo Mercantil agrupó a celebridades de todo el globo: el Payaso Plin-plin (que finalmente recaudó el dinero para una rinoplastia), Fidel Castro (que dijo que se había alejado de la política porque en Cuba ‘son todos unos comunistas de mierda’) y Brendan Fraser (que sorpresivamente sigue vivo).
Mientras Argonath le discutía a muerte a Willy Wonka que los Yummy de High School Musical eran ‘cincuenta veces mejores que el chocolate’, yo me dispuse a servirme todo lo que podía del buffet y llevármelo a la mesa más apartada del lugar. Me encontraba entonces devorando sendos platos de comida, copas de lejía industrial y cubertería de plata cuando detrás de mí se materializó un hombre pseudo-comunista con ojos rasgados, de tez amarilla y que reemplazaba todas las ‘r’ de su discurso por ‘l’. Era un chino, ni más ni menos.
- ¿Guta comida?- me preguntó, medio horrorizado por mi forma de tragar.
- No, es una mierda. Pero como mi mamá la paga…
- Yo dueño de los esclavos bolivianos que hacen comida buffete. También tengo lestaulante de tenedol lible.
- ¿Tenedor libre?
- Muchas mesas, con mucha comida. Paga una vez y come lo que quiela.
- ¿Lo que quiela?
Entonces el chino me pegó una cachetada por lo que él llamó ‘discliminación’. Ja.













Un chino, para que sepan cómo venía la mano.

La cosa es que en aquel momento comenzó a gestarse un plan llamado Operación Poner en bancarrota al chino comiendo más de lo que pagué. (El tipo que pone nombres copados a las operaciones secretas murió en la operación Operación Matar al tipo que pone nombres copados a las operaciones secretas porque es un poco negro, así que hace un tiempo yo tomé su puesto)
En fin, esta operación se dividió en varias partes:
Planeamiento
Conoce a tu enemigo
En casos como este, hacer un reconocimiento del terreno es fundamental. Por eso, con broches para ropa en las comisuras de los ojos, me hice pasar por un chino para entrar al restaurante desapercibido y tomar nota de los platos que ofrecía para saber cuáles eran los más caros. (No, ya sé que no hice ningún chiste… ¡pero acá lo gracioso es la situación! O sea, ¿quién va a un restaurante chino disfrazado de chino para pasar desapercibido para anotar cuáles son los platos más caros? ¡Nadie! ¡Es ridículo! Ah, para qué les explico, ustedes no saben nada de humor)
Escoge a tus mejores hombres
Esto es cierto. No todo el mundo tiene las aptitudes para participar en un operativo de estas características. En primer lugar, obviamente, quien participara tenía que tener un gran deseo de aniquilar comida, por lo que Argonath quedó descartado sin pensarlo, ya que últimamente se alimenta a base de lo que él llama ‘dieta verde’, que consiste en, como lo indica su nombre, comer mocos. Y una lechuguita, ocasionalmente.
En segundo lugar, no todo el mundo podría soportar la comida de un restaurante chino, ya sea porque un cuerpo promedio no puede soportar comida hecha de perro o loro y que los restos de asado se usen en hamburguesas, los restos de hamburguesas en albóndigas y los restos de albóndigas en carne para salsa bolognesa o porque se tiene en mente todo el tiempo que todo está hecho de perro o loro y que los restos de asado se transforman en hamburguesas, los restos de hamburguesas en albóndigas y los restos de albóndigas en carne para salsa bolognesa. Es por esto que necesitaba gente estúpida y con estómago de hierro. ¿Y cómo encontrar gente estúpida y con estómago de hierro? De la misma manera que diagnostican SIDA en Zimbabwe: ¡Con una encuesta de cuatro preguntas!:
1. ¿Seguís Patinando por un Sueño?
a. No.
b. Sí.
c. Zí.

2.¿Cuántos escarabajos comés por día?
a.¡Ninguno, son un asco!
b.De 1 a 100.
c. ¿Los teletubbies cuentan como escarabajos?

3.¿Cómo escribirías una nota de disculpa para tu hijo si no pudo hacer la tarea?
a. Estimada profesora: Si Ud. no le explica a mi hijo cómo se divide, ¿cómo mierda quiere que divida?
b. Estimada profesora: La empleada accidentalmente quemó la tarea de mi hijo con un faso. Para mañana podrá llevarla.
c. Estimada profesora: La empleada accidentalmente abrió un portal estelar al inframundo que desató una épica batalla entre el bien y el mal que tuvo como conmovedor desenlace que mi hijo tuviera que sacrificar su tarea por el bien de la humanidad. Para mañana podrá llevarla.

4. ¿Cuántos kilos de carne comés por día?
a. Menos de medio.
b. Más de medio.
c. ¿La goma espuma con un toque de saborizante E542 cuenta como carne?

A partir de esta encuesta, conseguí a cinco neandertales que mantuve encerrados en un sótano sin comer y viendo el canal Gourmet. Esto es algo que nunca volvería a hacer, por el tema del canibalismo y todo eso.
Ejecución
Entré liderando un equipo de cuatro neandertales. El cajero, también chino, me preguntó qué me iba a servir para beber.
- ¿Está incluido en el precio?
- No. Paga apalte. Catolce pesos botellita de agua.
- Entonces no tomo nada.- retruqué.
El truco para no tomar nada consiste en llevar una botellita de agua en el recto e ir cada tanto al baño a beber de ella. Simple, ¿no?
Cada neandertal seguía mis indicaciones sumisamente, arrasando con cada bandeja de comida. Después de veinte minutos, el chino que me había hablado en la fiesta aniversario del Teleg salió de la cocina, furioso.
- ¿Qué hacen?- gritó, al ver el ritmo de masticación de los neandertales.
- Lo que hacemos, querido camarada, te llevará directo a la quiebra.-le dije.- He calculado que si los clientes que entren a partir come como una persona normal, vas a salir con una pérdida astronómica. La única forma en que podrías salir de esta es si viene una jauría de anoréxicas… ¿o bulímicas? Bueno, ¿viste las que vomita? bueno, esas no.
- ¡Pol ese Dios Dlagón al que adolamos los chinos!
Todo parecía salir bien. Hasta que…
-¡ Holis, holis!- se escuchó a lo lejos.
Miré para ver quién había entrado. Chupín violeta, amarillo, fucsia y turquesa. Remera de Hanson con escote en V. Cabello recién planchado con reflejos verdes.
- ¡Oh, no!- me dije.
- Sí, ya sé.- me dijo uno de los neandertales mientras engullía un pedazo difícil.- las plumas verdes en el asado son muy sospechosas.
- No eso, subnormal maloliente. Acaba de entrar... ¡Argonath!
- ¿Y?
- Mirá lo que hace.
Argonath entró al local con una voltereta. Pidió cinco botellas de agua para beber y del buffete se sirvió sólo una pequeña ensalada. El dueño del restaurante se alejó de mi mesa y fue hasta la de Argonath.
- Usted es buen cliente. ¡Ha salvado mi negocio!- lo felicitó.
- ¿Ah sí, Osama?- contestó Argonath, amenazante.
Dichas estas palabras, le propinó un golpe de karate en el cuello al chino, lo cual provocó que su máscara se cayera. Era, sin lugar a dudas, Osama Bin Laden.
- ¡Oh!- dijo el terrorista.- ¡Mí había supuesto que esta sería tapadera perfecta! ¡Lo habría logrado si no hubiera sido por este estúpido metrosexual!
- ¡Guau!- ladró su chupín.
- ¡Y su chupín!
- Un momento…- dije yo.- Osama Bin Laden no es malo.
- ¿Cómo que no?- preguntó Argonath.
- ¡No, mira!- dije.- ¡Sólo tiene una espina en el pie!- dije, y se la saqué.
Osama me miró intensamente, luego miró alrededor. Había comprendido quién era.
- ¡De repente el reino de terror de Bush no me parece tan malo!
Todos los clientes del restaurante empezaron a aplaudir, neandertales incluidos, no tanto porque Bin Laden se había hecho bueno, si no porque no tendrían que pagar un peso por todo lo que habían comido. Fue un final feliz, como dicen en Hollywood y en las casetas de masajes eróticos que se encuentran al lado de la carretera.
Epílogo
Dos semanas después del incidente del restaurant chino, quedé con Argonath en su departamento. Me invitó a pasar al balcón, donde nos esperaban dos reposeras, una botella de brandy, dos vasos de cristal y dos habanos reposando sobre un cenicero de oro. Cada uno se sentó en una de las reposeras.
- ¿Cómo supiste que el chino era en realidad Osama Bin Laden disfrazado?- le pregunté, al tiempo que mordía un habano y lo encendía con un fósforo extra largo.
- Qué curioso que lo preguntes.- me dijo mientras hacía lo propio.- Me gustaría responderte, pero te estaría mintiendo. Dejémoslo como una feliz coincidencia.- Comenzó a hacer anillos de humo.- ¿Y qué vas a hacer este verano?
- Probablemente malinterpretar uno o dos pasajes de la Biblia para robarle a familias católicas desprevenidas a tal punto que tengan que elegir si van a comerse los zapatos o a quemarlos para calentarse.- Sorbí mi primer trago de brandy. Estaba bueno.- ¿Vos?
- Voy a matar a Tinelli. ¿Se te ocurre algo?- me preguntó.
- Podrías llevarlo a ver una película de Uwe Boll.- sugerí.
- No, su muerte tiene que ser rápida e indolora, no lenta e intensa.- replicó apoyando su cigarro en el cenicero de plata con una mano y agarrando su vaso de brandy con la otra.
- Podrías sorprenderlo con entradas para una película de Uwe Boll.
Argonath me miró, con cara de aprobación. La idea le había gustado.

Posted by Kuny